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quarta-feira, 16 de abril de 2014

SS-Ahnenerbe: la herencia de los Ancestros.


 SS-Ahnenerbe en Tíbet.

“Ahnenerbe" (la herencia de los Ancestros), era una organización especialmente creada para impulsar el  estudio de la "herencia del espíritu alemán" y así poder asentar científicamente la doctrina (¿oficial?) del  partido. Lo que en un principio daba cierta libertad investigadora única en su época en medios y ambiciones, acabó derivando en una ampliación de sus objetivos pero hacia el campo más abiertamente "racialista-cientifista", Constituía una importante Organización de las SS. Esta sección de investigación de la SS fue fundada el 1 de Julio de 1935 por el profesor Hermann Wirth, Heinrich Himmler y Walter Darré bajo el nombre completo de Ahnenerbe Forschungs- und Lehrgemeinschaft, "Comunidad de Investigación y Enseñanza 'Herencia de los Ancestros'.

Pero hay evidencias de que ya en 1928 existía una antecedente o precursora de la Ahnenerbe, cuando Hermann Wirth fundó su "Hermann Wirth Gesellschaft" o "Sociedad Hermann Wirth" para la difusión de sus teorías. La escritora esotérica Savitri Devi, estaba convencida de que era en la Ahnenerbe hitleriana es donde estaba depositada la sabiduría tradicional.

Sin embargo, la Anhenerbe llegó a contar con 43 departamentos más o menos extensos, versando sobre temas como el folklore popular, canciones tradicionales, geografía sagrada, ocultismo, esoterismo...


Castillo  de  Weweisburg:  Centro  Espiritual  y  Doctrinario  de  la  Ahnenerbe.

La Ahnenerbe se encargaba de estudiar desde lenguas indoeuropeas hasta materias científicas como botánica, astronomía, geofísica, biología, entomología, etc. También llevaron a cabo excavaciones arqueológicas y expediciones…

Precisamente fue el departamento de esoterismo, presidido por el enigmático Friederich Hielscher, el que se dedicó en buena parte a la excavaciones de posibles emplazamientos de la Atlántida, Los Templarios, estudios de antiguos cultos paganos, comprobaciones sobre las teorías Horbiguerianas de la "Tierra hueca", enigmáticos viajes al Tibet y como no la búsqueda del Santo Grial, las Calaveras de Cristal…

Las Calaveras de la Diosa de la Muerte, el Bastón de Mando, el Martillo de Wotan, la Piedra del Destino, el Arca de la alianza y la Lanza de Longinos…algunas de estas piezas sagradas las consiguieron encontrar…


Uniforme completo utilizado por los miembros e la SS-Ahnenerbe.

Parece  ser  según investigaciones  de E. Milá  que  Schaeffer  consiguió  traer  del  Tibet  para  Adolf  Hitler,  la piedra  con  la Svástica  originaria,  un  Pergamino  del  Dalai  Lama  de  singular  valor,  un  "Lama  de  Guantes Verdes"  enviado  desde  el  Reino  subterráneo  de  Agartha,  el  Ritual  del  Tantra  de  Kalachakra (Señor de la rueda)  y  un  Dossier  exhaustivo  sobre  esta  iniciación  Tántrica  de  similar  significado  a  la  mitología  germánica  del  dios  Odin.

Como se puede comprobar... la película “Siete años en el Tibet” que  se  basa  en  la  expedición  de  Schaeffer  al  Tibet   tendría  poco  o  nada  que  ver  con  la  Historia  y  con  los  hechos  acontecidos  al  igual  que “En Busca del  Arca Perdida” o  el “Paciente Ingles”  que  no  era  inglés  si  no  húngaro  del  Afrika Korps  de  Rommel… Enlace

Heinrich Himmler se convirtió en máximo responsable de las SS y este grupo de élite sacado de los mejores exponentes de la raza aria del Ejército alemán realizaba rituales e iniciaciones en el Castillo de Wewelsburg al estilo de los Caballeros del Rey Arturo. Independientemente de estas acciones funcionaba toda una visión trascendente sobre los acontecimientos mundiales donde las raíces de los jerarcas nazis jugaban un papel muy importante.


 Miembros de la expedición al Tíbet.

Se interesaba por la Alquimia y formaba parte de la secta esotérica “Thule”, utilizando sus conocimientos ocultos para escalar al poder. Tras ser nombrado por Hitler el segundo del Reichsführer de Alemania en 1934, transformó un grupo de 300 guardaespaldas en la más importante fuerza de élite del nazismo, las SS, un cuerpo de inteligencia militar organizado al estilo de los Caballeros Templarios y de raíces claramente esotéricas. Desde muy joven Himmler practicaba el espiritismo, el memerismo-magnetismo y la astrología, además creía ser la reencarnación del Heinrich “el Cazador”, fundador de la estirpe real de Sajonia, en el siglo X. Renegó del catolicismo y convertido al paganismo se transformó en adorador del dios Wotan. Sus creencias paganas tenían fiel reflejo dentro de las SS, quienes durante las noches de los solsticios y los equinoccios llevaban a cabo rituales mágico neopaganos ensalzando la raza aria para dominar el mundo. Al parecer, a las parejas cuidadosamente seleccionadas exponentes de la raza aria se las incitaba a copular en los cementerios de sus familiares para que tuvieran una buena descendencia.

Creo el departamento de investigaciones históricas de las SS, en el que se estudiaban las leyendas artúricas y también el Catarismo, todo ello conducido a la búsqueda del Grial; por ello fijaron su atención en Montsegur y Montserrat. Algo debieron descubrir porque todas sus investigaciones secretas y guardadas por las SS (manuscritos originales escritos en sánscrito, yidish, griego y latín), desaparecieron misteriosamente y su biblioteca fue quemada. ¿Qué extraño secreto guardaban los textos?

El Final de la Ahnenerbe

Toda la labor más emblemática culturalmente de la Anhenerbe fue irremediablemente suspendida, sus descubrimientos ocultados o desaparecidos y las pruebas o trabajos destruidos durante el avance aliado antes de la derrota final del eje.

En julio de 1943 cuando se inician los primeros bombardeos sobre las ciudades alemanas, Himmler ordena la creación de un "lugar de repliegue" en una zona montañosa fuera del alcance de los bombarderos y el 16 de agosto la Anhenerbe se establecerá definitivamente en Waischenfelf, Franconia.


Símbolo de la SS-Ahnenerbe.

Cerca de allí, algunos campesinos en fechas finales cuando la derrota de Alemania era inevitable, observaron sin ser descubiertos como un grupo especial de las Ahnenerbe lanzaban al fondo de un lago un enorme Baúl, posteriormente los aliados gracias a la información dada por los campesinos estuvieron durante días rastreando y buscando por el lago y toda la zona sin encontrar absolutamente nada…

En cuanto a Friederich Hielscher su final resulta oscuro y misterioso: se sabe que fue supuestamente arrestado en Marburg en septiembre de 1944 por la Gestapo. Luego enviado a Berlín y liberado en diciembre de ese año. Tras testimoniar en el juicio de Nuremberg a favor de Sievers, (dirigente de la Ahnenerbe ejecutado en la horca por los aliados en 1948, acusado de ¿crímenes contra la humanidad? Habiendo sido investigador de culturas y formación…, ) se negó a decir nada sobre la Ahnenerbe y acompaño a Sievers al Patíbulo, el condenado escucho con indiferencia su condena a muerte, se hincó de rodillas mientras Hielscher entonaba los cánticos que según manifiesta el investigador André Brissaud se trataba de “cánticos u oraciones de un culto que nadie conocía y del que no habló jamás”. Posiblemente pudiera ser antiguo germánico (vikingo) y desaparecerá para siempre hasta nuestros días sin dejar rastro…

La SS-Ahnenerbe

Dentro del conjunto de Wewelsburg, estaba incorporada la sede de la SS- Anhenerbe, un instituto independiente cuya tarea era, según el escritor Andre Brissaud, “asuntos secretos del Reich” y comprendía desde lengua y literatura germánicas hasta yoga y zen, doctrinas esotéricas e influencias mágicas sobre el comportamiento humano, misiones arqueológicas y antropológicas, así como expediciones de exploración y estudios científicos.

Anillo de plata usada por los miembros da SS-Ahnenerbe.

Ernesto Milá en su estudio “La Ahnenerbe, ciencia y locura”, nos dice que la sección esotérica estaba a cargo de Friedrich Hielscher. Por su parte, Ernst Jünger, así como el filósofo judío Martín Buber, colaboraron también con el instituto. La dirección ideológico-cultural que la Ahnenerbe ejerció sobre la SS se fue haciendo más notable con el tiempo. La Ahnenerbe, creada en julio de 1936, asumirá a finales de ese año el control de la revista SS “Norland” y en 1942 será muy notable su presencia formativa en las escuelas de oficiales de la SS.

Desde 1936, realizaron excavaciones arqueológicas, conservaron monumentos de la historia alemana (incluídas la sinagoga Staranova de Praga del siglo XIII o el cementerio de Worms, en el Rheinland, etc.), construyeron monumentos en homenaje a los héroes de la revolución nacional-socialista, crearon departamentos dedicados a danzas populares y canciones tradicionales, estilos regionales, folklore, leyendas, geografía sagrada, ciencias paranormales, etc.


Símbolo utilizado en los uniformes de los miembros.

sexta-feira, 11 de abril de 2014

As monarquias planejam seus Chefes de Estado



Exemplo de educação ao Imperador Dom Pedro II do Brasil.

"Instruções para serem observadas pelos Mestres do Imperador na Educação Literária e Moral do Mesmo Augusto Senhor".

Artigo 1.

Conhece-te a ti mesmo. Esta máxima... servirá de base ao sistema de educação do Imperador, e uma base da qual os Mestres deverão tirar precisamente todos os corolários, que formem um corpo completo de doutrinas, cujo estudo possa dar ao Imperador idéias exatas de todas as coisas, a fim de que Ele, discernindo sempre do falso o verdadeiro, venha em último resultado a compreender bem o que é a dignidade da espécie humana, ante a qual o Monarca é sempre homem, sem diferença natural de qualquer outro indivíduo humano, posto que sua categoria civil o eleve acima de todas as condições sociais.

Artigo 2.

Em seguimento, os Mestres, apresentando ao Seu Augusto Discípulo este planeta que se chama terra, onde nasce, vive e morre o homem, lhe irão indicando ao mesmo tempo as relações que existem entre a humanidade e a natureza em geral, para que o Imperador, conhecendo perfeitamente a força da natureza social, venha a sentir, sem o querer mesmo, aquela necessidade absoluta de ser um Monarca bom, sábio e justo, fazendo-se garbo de ser o amigo fiel dos Representantes da Nação e o companheiro de todas as influências e homens de bem do Pais.

Artigo 3.

Farão igualmente os Mestres ver ao Imperador que a tirania, a violência da espada e o derramamento de sangue nunca fizeram bem a pessoa alguma...

Artigo 4.

Aqui deverão os Mestres se desvelar para mostrarem ao Imperador palpavelmente o acordo e harmonia da Religião com a Política, e de ambas com todas as ciências; porquanto, se a física estabelece a famosa lei da resistência na impenetrabilidade dos corpos, é verdade também que a moral funda ao mesmo tempo a tolerância e o mútuo perdão das injúrias, defeitos e erros; essa tolerância ou mútuo perdão, sobre revelar a perfeição do Cristianismo, revela também os quilates das almas boas nas relações de civilidade entre todos os povos, seja qual for sua religião e a forma do seu governo...

Artigo 5.

Lembrem-se pois os Mestres que o Imperador é homem; e partindo sempre dessa idéia fixa, tratem de lhe dar conhecimentos exatos e reais das coisas, sem gastarem o tempo com palavras e palavrões que ostentam uma erudição estéril e prejudicial, pois de outra forma virá o seu discípulo a cair no vicio que o Nosso Divino Redentor tanto combateu no Evangelho, quando clamava contra os doutores que invertiam e desfiguravam a lei, enganando as viúvas e aos homens ignorantes com discursos compridos e longas orações, e se impondo de sábios, embora sendo apenas uns pedantes faladores.

Artigo 6.

Em conseqüência os Mestres não façam o Imperador decorar um montão de palavras ou um dicionário de vocábulos sem significação, porque a educação literária não consiste decerto nas regras da gramática nem na arte de saber por meio das letras; em conseqüência os Mestres devem limitar-se a fazer com que o Imperador conheça perfeitamente cada objeto de qualquer idéia enunciada na pronunciação de cada vocábulo...

Artigo 7.

Julgo portanto inútil dizer que as preliminares de qualquer ciência devem conter-se em muito poucas regras, assim como os axiomas e doutrinas gerais. Os Mestres não gastem o tempo com teses nem mortifiquem a memória do seu discípulo com sentenças abstratas; mas descendo logo às hipóteses, classifiquem as coisas e idéias, de maneira que o Imperador, sem abraçar nunca a nuvem por Juno, compreenda bem que o pão é pão e o queijo é queijo.

Assim, por exemplo, tratando das virtudes e vícios, o Mestre de Ciências Morais deverá classificar todas as ações filhas da soberba distinguindo-as sempre de todas as ações opostas que são filhas da humildade. E não basta ensinar ao Imperador que ohomem não deve ser soberbo, mas é preciso indicar-lhe cada ação, onda exista a soberba, pois se assim não o fizer, bem pode acontecer que o Monarca venha para o futuro a praticar muitos atos de arrogância e altivez, supondo mesmo que tenha feito ações meritórias e dignas de louvor, e isto por não ter, em tempo, sabido conhecer a diferença entre a soberba e a humildade.

Artigo 8.

Da mesma sorte, tratando-se das potências e das forças delas, o Mestre de ciências físicas fará uma resenha de todos os corpos computando os grãos de força que tem cada um deles, para que venha o Imperador a compreender que o poder monárquico se limita ao estudo e observância das leis da Natureza... e que o Monarca é sempre homem e um homem tão sujeito, que nada pode contra as leis da Natureza feitas por Deus em todos os corpos, e em todos os espíritos.

Artigo 9.

Em seguimento ensinarão os Mestres ao Imperador que todos os deveres do Monarca se reduzem a sempre animar a Indústria, a Agricultura, o Comércio e as Artes; e que tudo isto só se pode conseguir estudando o mesmo Imperador, de dia e de noite, as ciências todas, das quais o primeiro e principal objeto é sempre o corpo e a alma do homem; vindo portanto a achar-se a Política e a Religião no amor dos homens. E o amor dos homens é que é o fim de todas as ciências; pois sem elas, em vez de promoverem a existência feliz da humanidade, ao contrário promovem a morte.

Artigo 10.

Entendam-me porém os Mestres do Imperador. Eu quero que o meu Augusto Pupilo seja um sábio consumado e profundamente versado em todas as ciências e artes e até mesmo nos ofícios mecânicos, para que ele saiba amar o trabalho como principio de todas as virtudes, e saiba igualmente honrar os homens laboriosos e úteis ao Estado. Mas não quererei decerto que Ele se faça um literato supersticioso para não gastar o tempo em discussões teológicas como o Imperador Justiniano; nem que seja um político frenético para não prodigalizar o dinheiro e o sangue dos brasileiros em conquistas e guerras e construção de edifícios de luxo, como fazia Luís XIV na França, todo absorvido nas idéias de grandeza; pois bem pode ser um grande Monarca o Senhor D. Pedro II sendo justo, sábio, honrado e virtuoso e amante da felicidade de seus súditos, sem ter precisão alguma de vexar os povos com tiranias e violentas extorsões de dinheiro e sangue.

Artigo 11.

Sobretudo, recomendo muito aos Mestres do Imperador, hajam de observar quanto Ele é talentoso e dócil de gênio e de muita boa índole. Assim não custa nada encaminhar-lhe o entendimento sempre para o bem e verdade, uma vez que os Mestres em suas classes respectivas tenham com efeito idéias exatas da verdade e do bem, para que as possam transmitir e inspirar ao seu Augusto Discípulo.

Eu não cessarei de repetir aos Mestres que não olhem para os livros das Escolas, mas tão somente para o livro da Natureza, corpo e alma do homem; porque fora disto só pode haver ciência de papagaio ou de menino de escola, mas não verdade nem conhecimento exato das coisas, dos homens, e de Deus.

Artigo 12.

Finalmente, não deixarão os Mestres do Imperador de lhe repetir todos os dias que um Monarca, toda a vez que não cuida seriamente dos deveres do trono, vem sempre a ser vitima dos erros, caprichos e iniqüidades dos seus ministros, cujos erros, caprichos e iniqüidades são sempre a origem das revoluções e guerras civis; e então paga o justo pelos pecadores, e o Monarca é que padece, enquanto que seus ministros sempre ficam rindo-se e cheios de dinheiro e de toda sorte de comodidades. Por isso cumpre absolutamente ao Monarca ler com atenção todos os jornais e periódicos da Corte e das Províncias e, além disto, receber com atenção todas as queixas e representações que qualquer pessoa lhe fizer contra os ministros de Estado, pois só tendo conhecimento da vida pública e privada de cada um dos seus ministros e Agentes é que cuidará da Nação. Eu cuido que não é necessário desenvolver mais amplamente estas Instruções na certeza de que cada um dos Mestres do Imperador lhe adicionará tudo quanto lhe ditarem as circunstâncias à proporção das doutrinas que no momento ensinarem. E confio grandemente na sabedoria e prudência do Muito Respeitável Senhor Padre Mestre Frei Pedro de Santa Mariana, que devendo ele presidir sempre a todos os atos letivos de Imperador como seu Aio e Primeiro Preceptor, seja o encarregado de pôr em prática estas Instruções, uniformizando o sistema da educação do Senhor Dom Pedro II, de acordo com todos os outros Mestres do Mesmo Augusto Senhor".

Paço da Boa Vista no Rio de Janeiro, 2 de dezembro de 1838


Marquês de Itanhaém - Tutor da Família Imperial

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domingo, 6 de abril de 2014

Charles I, second Stuart King of England.


Charles I in three positions - multiple portrait by Sir Anthony Van Dyck (1599-1641).

Charles I was born in Fife on 19 November 1600, the second son of James VI of Scotland (from 1603 also James I of England) and Anne of Denmark.

He became heir to the throne on the death of his brother, Prince Henry, in 1612. He succeeded, as the second Stuart King of England, in 1625.

Controversy and disputes dogged Charles throughout his reign. They eventually led to civil wars, first with the Scots from 1637 and later in England (1642-46 and 1648). The wars deeply divided people at the time, and historians still disagree about the real causes of the conflict, but it is clear that Charles was not a successful ruler.

Charles was reserved (he had a residual stammer), self-righteous and had a high concept of royal authority, believing in the divine right of kings. He was a good linguist and a sensitive man of refined tastes.

He spent a lot on the arts, inviting the artists Van Dyck and Rubens to work in England, and buying a great collection of paintings by Raphael and Titian (this collection was later dispersed under Cromwell). Charles I also instituted the post of Master of the King's Music, involving supervision of the King's large band of musicians; the post survives today.

His expenditure on his court and his picture collection greatly increased the crown's debts. Indeed, crippling lack of money was a key problem for both the early Stuart monarchs.

Charles was also deeply religious. He favoured the high Anglican form of worship, with much ritual, while many of his subjects, particularly in Scotland, wanted plainer forms.

Charles found himself ever more in disagreement on religious and financial matters with many leading citizens. Having broken an engagement to the Spanish infanta, he had married a Roman Catholic, Henrietta Maria of France, and this only made matters worse.

Although Charles had promised Parliament in 1624 that there would be no advantages for recusants (people refusing to attend Church of England services), were he to marry a Roman Catholic bride, the French insisted on a commitment to remove all disabilities upon Roman Catholic subjects.

Charles's lack of scruple was shown by the fact that this commitment was secretly added to the marriage treaty, despite his promise to Parliament.

Charles had inherited disagreements with Parliament from his father, but his own actions (particularly engaging in ill-fated wars with France and Spain at the same time) eventually brought about a crisis in 1628-29.

Two expeditions to France failed - one of which had been led by Buckingham, a royal favourite of both James I and Charles I, who had gained political influence and military power.

Such was the general dislike of Buckingham, that he was impeached by Parliament in 1628, although he was murdered by a fanatic before he could lead the second expedition to France.

The political controversy over Buckingham demonstrated that, although the monarch's right to choose his own Ministers was accepted as an essential part of the royal prerogative, Ministers had to be acceptable to Parliament or there would be repeated confrontations.

The King's chief opponent in Parliament until 1629 was Sir John Eliot, who was finally imprisoned in the Tower of London until his death in 1632.

Tensions between the King and Parliament centred around finances, made worse by the costs of war abroad, and by religious suspicions at home. Charles's marriage was seen as ominous, at a time when plots against Elizabeth I and the Gunpowder Plot in James I's reign were still fresh in the collective memory, and when the Protestant cause was going badly in the war in Europe.

In the first four years of his rule, Charles was faced with the alternative of either obtaining parliamentary funding and having his policies questioned by argumentative Parliaments who linked the issue of supply to remedying their grievances, or conducting a war without subsidies from Parliament.

Charles dismissed his fourth Parliament in March 1629 and decided to make do without either its advice or the taxes which it alone could grant legally.

Although opponents later called this period 'the Eleven Years' Tyranny', Charles's decision to rule without Parliament was technically within the King's royal prerogative, and the absence of a Parliament was less of a grievance to many people than the efforts to raise revenue by non-parliamentary means.

Charles's leading advisers, including William Laud, Archbishop of Canterbury, and the Earl of Strafford, were efficient but disliked.

For much of the 1630s, the King gained most of the income he needed from such measures as impositions, exploitation of forest laws, forced loans, wardship and, above all, ship money (extended in 1635 from ports to the whole country). These measures made him very unpopular, alienating many who were the natural supporters of the Crown.

Scotland (which Charles had left at the age of 3, returning only for his coronation in 1633) proved the catalyst for rebellion. Charles's attempt to impose a High Church liturgy and prayer book in Scotland had prompted a riot in 1637 in Edinburgh which escalated into general unrest.

Charles had to recall Parliament. However, the Short Parliament of April 1640 queried Charles's request for funds for war against the Scots and was dissolved within weeks.

The Scots occupied Newcastle and, under the treaty of Ripon, stayed in occupation of Northumberland and Durham and they were to be paid a subsidy until their grievances were redressed.

Charles was finally forced to call another Parliament in November 1640. This one, which came to be known as The Long Parliament, started with the imprisonment of Laud and Strafford (the latter was executed within six months, after a Bill of Attainder which did not allow for a defence), and the abolition of the King's Council (Star Chamber), and moved on to declare ship money and other fines illegal.

The King agreed that Parliament could not be dissolved without its own consent, and the Triennial Act of 1641 meant that no more than three years could elapse between Parliaments.

The Irish uprising of October 1641 raised tensions between the King and Parliament over the command of the Army. Parliament issued a Grand Remonstrance repeating their grievances, impeached 12 bisops and attempted to impeach the Queen.

Charles responded by entering the Commons in a failed attempt to arrest five Members of Parliament, who had fled before his arrival. Parliament reacted by passing a Militia Bill allowing troops to be raised only under officers approved by Parliament.

Finally, on 22 August 1642 at Nottingham, Charles raised the Royal Standard calling for loyal subjects to support him (Oxford was to be the King's capital during the war). The Civil War, what Sir William Waller (a Parliamentary general and moderate) called 'this war without an enemy', had begun.

The Battle of Edgehill in October 1642 showed that early on the fighting was even. Broadly speaking, Charles retained the north, west and south-west of the country, and Parliament had London, East Anglia and the south-east, although there were pockets of resistance everywhere, ranging from solitary garrisons to whole cities.

However, the Navy sided with Parliament (which made continental aid difficult), and Charles lacked the resources to hire substantial mercenary help.

Parliament had entered an armed alliance with the predominant Scottish Presbyterian group under the Solemn League and Covenant of 1643, and from 1644 onwards Parliament's armies gained the upper hand - particularly with the improved training and discipline of the New Model Army.

The Self-Denying Ordinance was passed to exclude Members of Parliament from holding army commands, thereby getting rid of vacillating or incompetent earlier Parliamentary generals. Under strong generals like Sir Thomas Fairfax and Oliver Cromwell, Parliament won victories at Marston Moor (1644) and Naseby (1645).

The capture of the King's secret correspondence after Naseby showed the extent to which he had been seeking help from Ireland and from the Continent, which alienated many moderate supporters.

In May 1646, Charles placed himself in the hands of the Scottish Army (who handed him to the English Parliament after nine months in return for arrears of payment - the Scots had failed to win Charles's support for establishing Presbyterianism in England).

Charles did not see his action as surrender, but as an opportunity to regain lost ground by playing one group off against another; he saw the monarchy as the source of stability and told parliamentary commanders 'you cannot be without me: you will fall to ruin if I do not sustain you'.

In Scotland and Ireland, factions were arguing, whilst in England there were signs of division in Parliament between the Presbyterians and the Independents, with alienation from the Army (where radical doctrines such as that of the Levellers were threatening commanders' authority).

Charles's negotiations continued from his captivity at Carisbrooke Castle on the Isle of Wight (to which he had 'escaped' from Hampton Court in November 1647) and led to the Engagement with the Scots, under which the Scots would provide an army for Charles in exchange for the imposition of the Covenant on England.

This led to the second Civil War of 1648, which ended with Cromwell's victory at Preston in August.

The Army, concluding that permanent peace was impossible whilst Charles lived, decided that the King must be put on trial and executed. In December, Parliament was purged, leaving a small rump totally dependent on the Army, and the Rump Parliament established a High Court of Justice in the first week of January 1649.

On 20 January, Charles was charged with high treason 'against the realm of England'. Charles refused to plead, saying that he did not recognise the legality of the High Court (it had been established by a Commons purged of dissent, and without the House of Lords - nor had the Commons ever acted as a judicature).

The King was sentenced to death on 27 January. Three days later, Charles was beheaded on a scaffold outside the Banqueting House in Whitehall, London.

The King asked for warm clothing before his execution: 'the season is so sharp as probably may make me shake, which some observers may imagine proceeds from fear. I would have no such imputation.'

On the scaffold, he repeated his case: 'I must tell you that the liberty and freedom [of the people] consists in having of Government, those laws by which their life and their goods may be most their own. It is not for having share in Government, Sir, that is nothing pertaining to them. A subject and a sovereign are clean different things. If I would have given way to an arbitrary way, for to have all laws changed according to the Power of the Sword, I needed not to have come here, and therefore I tell you ... that I am the martyr of the people.'

His final words were 'I go from a corruptible to an incorruptible Crown, where no disturbance can be.'